Desde hace unos meses, los anuncios de pisos han empezado a recurrir a la expresión “para entrar a sobrevivir” porque el término “para entrar a vivir” ya no es compatible con los inmuebles que se ofrecen. “Valen lo mismo que valían los pisos normales hace años, pero no tienen ninguna de sus prestaciones, y vivir en ellos comporta un riesgo constante para la salud”, señala Juanjo Joaquín, experto en vivienda.
“Tener calefacción, espacio, luz y todas esas cosas es algo del pasado, a los jóvenes de ahora les gusta la adrenalina, que cada segundo en su casa sea trepidante”, asegura Joaquín. “La prueba está en que pagan mucho dinero por estos pisos”, añade.
Desde el sector inmobiliario recuerdan el éxito que ha tenido la película La sociedad de la nieve y lo atribuyen precisamente al auge de esta tendencia: sobrevivir en condiciones extremas resulta muy emocionante. “Nadie vería una película sobre una pareja sentada cómodamente en el sofá de su casa porque los tiempos cambian y los jóvenes buscan otras motivaciones. Deberían pagar incluso más por los pisos en los que se entra a sobrevivir”, dice Juanjo Joaquín.
El siguiente paso será ver anuncios de pisos en los que se use la expresión “para entrar a morir”, que serán más caros porque, además de servir como vivienda, también ayudarán al inquilino a descifrar el mayor enigma del mundo descubriendo qué hay después de la muerte.
