En algunos países como Francia, la ultraderecha se ha consolidado como la fuerza política más importante en las últimas elecciones europeas, celebradas la semana pasada, lo que ha hecho que varios politólogos analicen las causas de esta ola ultra y coincidan en señalar dos errores graves del anterior Parlamento Europeo: no haber eliminado el cambio de hora y la implantación del nuevo e incómodo tapón de las botellas de plástico. “Cada vez que un tapón de plástico se clava en la nariz de un europeo, son 10.000 votos más para la ultraderecha”, explica la politóloga francesa Salma Olmedo.
“Los ciudadanos se sienten traicionados por los gobiernos cada vez que intentan beber a morro y un trozo de plástico duro les araña la nariz o, peor aún, se les mete en el ojo. Muchas veces la gente acaba empapada y eso genera furia, genera descontento, genera fascismo”, insiste Olmedo, que aconseja al Parlamento Europeo “mejorar la vida de la gente, pero de forma tangible” para que esta no se vea arrastrada por los radicalismos euroescépticos.
“¿Dónde está el fin del cambio de hora que se anunció en 2019 y que se ha ignorado sistemáticamente cada año? Luego no podemos sorprendernos de que haya partidos populistas que aprovechen ese descontento”, expresa también el politólogo alemán Hans Daemon.
Todos los expertos coinciden en señalar también que, pese a estas explicaciones “superficiales”, la causa última que ha terminado de aupar a la ultraderecha es que “la peña es idiota”.
