Tras años sospechando de mentiras en el noticiero, la Policía Judicial y la Comisaría General de la Policía Científica han concluido hoy una investigación que confirma que el artista Nacho Cano acabó con la vida de Mario Postigo asestándole tres puñaladas, la última de ellas en el pecho, la que le mató. El crimen, atribuido hasta ahora a dos drogadictos en plena ansiedad, se ha resuelto gracias a la esposa de la víctima, que fue testigo desde el portal, y del análisis del cadáver exhumado.
«Todo esto lo ha orquestado la Policía, es como la Stasi», ha protestado el detenido esta tarde, insistiendo en que «solo me han detenido para decir que me han detenido». Respecto a la exhumación de Postigo aprobada por el juez hace dos meses, Cano niega las evidencias forenses insistiendo en que «no es serio este cementerio». Dice también que el delito debería haber prescrito y que hace tanto tiempo de los hechos referidos que se está quedando calvo de tanto recordar. Asegura que, el día de autos, él no se pudo levantar por culpa de un fin de semana que lo dejó fatal.
No es la primera vez que el músico debe rendir cuentas ante la justicia. En 1989, la Academia de la Lengua pidió cárcel para el compositor por el verso «tú contestastes que no», aunque el juez dictaminó que Cano había «reproducido una locución coloquial llevado por la presión de la métrica». Hoy en día, los filólogos siguen preguntándose qué llevó al presunto delincuente a añadir una ese que no hacía falta.
La opinión pública se debate entre los defensores del detenido, que dicen que eungenio, y los que creen que es un malinche hijo de la Luna.
