Debido al envejecimiento de la población y a la precariedad, uno de cada 100 millones de ancianos estadounidenses es abandonado por sus hijos en la Casa Blanca. La residencia presidencial se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los hijos de uno de cada 100 millones de ancianos por la cantidad de personal, el espacio y la ubicación. “Estuvimos buscando residencias por todo el país y esta es la más barata”, reconocen los hijos.
Esta residencia dispone de un amplio jardín, muchas habitaciones y un servicio que trabaja 24 horas al día para cuidar a los ancianos. “Gracias a su servicio audiovisual, aunque no vayas a visitar a tu padre puedes ir viéndolo a través de diferentes canales de televisión, algo que siempre te tranquiliza”, explican los familiares.
Según diversos estudios, presidir Estados Unidos contribuye a ejercitar la memoria de nuestros mayores. “Son actividades que mantienen las neuronas activas y retrasan las enfermedades degenerativas”, señalan los expertos. “Aunque jugar a las cartas también puede ser beneficioso, dirigir la nación más poderosa del mundo y marcar la agenda geopolítica mundial es mucho más estimulante”, añaden.
El mismo grupo de expertos asegura que ser abandonado en el Vaticano podría acarrear un desgaste neuronal que llevaría a una persona mayor a creer que habla con Dios y que es su representante en la Tierra.