El Ministerio de Cultura ha iniciado este jueves los primeros pasos encaminados a la extinción de la Fundación Francisco Franco y la entidad afectada no ha tardado en reaccionar. «Vivimos en una dictadura», ha sentenciado su presidente, Juan Chicharro, sin dejar claro si su afirmación era una crítica o un reconocimiento a la supuesta represión del Gobierno. «Silencian todo aquello que les molesta», ha señalado Chicharro, sin especificar si se siente orgulloso o contrariado ante la situación.
«De nada, supongo», ha replicado este mediodía el titular de Cultura, Ernest Urtasun, que espera que los responsables de la Fundación Franco acepten la decisión tomada «si realmente consideran que obedece al autoritarismo que ellos mismos admiran y contribuyen a mantener vivo».
«Ahora coartan nuestra libertad, pero luego irán a por otros también, porque las dictaduras no se detienen ante nada. Pronto solo podrán expresarse los que comulguen con sus ideas», ha expresado Chicharro mientras algunos de sus colaboradores se mantenían en silencio y otros decían «bravo, bravo, que viva la dictadura».
En estos momentos, los periodistas siguen escrutando el lenguaje no verbal del presidente de la Fundación Franco para intentar determinar si está enfadado o satisfecho. El hecho de que el vicepresidente de la entidad haya dicho que «no se vivía una situación parecida desde los tiempos de Franco» ha acabado de confundir a todo el mundo.